Equipo de Francotiradores británicos (Europa Noroccidental, Otoño de 1944)


Para envidia de muchos de sus homólogos, los francotiradores de los batallones británicos de infantería no solo estaban excusados de realizar las tareas más rutinarias, sino que se les permitía utilizar el tipo de traje que quisieran entre los que se destinaban al ejército. 

El francotirador (el que está sentado), que está observando pacientemente desde su escondite, detrás de los agujeros del techo de una casa medio en ruinas, lleva un sobretodo mimético ligero de algodon sobre el uniforme ordinario. Este conjunto, formado por un pulóver holgado con capucha y cuatro bolsillos y unos pantalones amplios, fue muy utilizado como vestimenta para la infantería en los últimos meses de la guerra, pero ya estaba muy bien considerado por los frencotiradores; algunos lo usaban como base para hacerse su «traje ghillie» de fabricación casera. El soldado ha extendido su velo de camuflaje, en forma de red de colores verde y marrón, sobre la cabeza y los hombros; éste era en realidad el uso que se pretendía de una prenda utilizada de una manera más generalizada como bufanda. Su equipamiento es minimo: una cantimplora y y una bandolera de algodón para cincuenta cartuchos; en sus amplios bolsillos caben muy bien una brújula, munición, una lata con repuestos, mapas, dulces, etc. Su fusil es un Enfield N.° 4 Mk I (T) de 7,7 mm con un visor N.° 32 Mk II de 3 aumentos (la letra «T» indica la modificacion del fusil para poder incorporar una mira telescopica).

El compañero del francotirador (de pie) se ha hecho con un chaqueton Denison de los paracaidistas. Pocos francotiradores usaban cascos de acero. Este soldado lleva un gorro de lana. Su equipamiento tambien es minimo: prismaticos y unos cuantos cargadores en los bolsillos. Aunque tambien él es un francotirador entrenado, lleva por comodidad y potencia de fuego un subfusil Sten de 9 mm y tal vez una o dos granadas en los bolsillos. Su tarea consiste en buscar e identificar objetivos, pero sólo para evitar que el equipo sea víctima de contraataques, en los duros combates callejeros que caracterizaron el avance de los británicos a través de Bélgica y Holanda.