EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)

Antecedentes: Los últimos años del reinado de Isabel II se caracterizan por la inestabilidad política y económica. La crisis del ferrocarril y un año de malas cosechas, produjeron motines populares. Tras los incidentes de la Noche de San Daniel y la represión de la sublevación del Cuartel de San Gil morirán O´Donnel y Narváez. Unionistas, progresistas y demócratas firman el Pacto de Ostende, comprometiéndose a sustituir a Isabel II, decidiendo en las Cortes una nueva forma de gobierno. La Revolución Gloriosa y el Gobierno provisional (1868 - 1871): 18 de septiembre de 1868, los militares Topete, Prim y Serrano, se pronuncian a favor de un nuevo gobierno que imponga moralidad y una buena administración económica. Con el apoyo ciudadano se inicia la Revolución. El general Serrano derrota al monárquico general Pavía en la batalla de Alcolea e Isabel II es destronada y exiliada. Serrano es nombrado presidente de un gobierno provisional de unionistas, progresistas y demócratas. Al año siguiente se promulga la Constitución de 1869, la primera constitución democrática, que declara la monarquía constitucional, la libertad de cultos y los derechos del ciudadano (reunión, asociación y prensa). Tras aprobarse la Constitución, se forma un nuevo gobierno con el general Prim como presidente. El reinado de Amadeo I (1871 - 1873): 30 de diciembre de 1870, llega a España Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia, que acepta el trono que le ofrece Prim como presidente del Gobierno. Prim es asesinado. Amadeo I, debilitado en su posición por la muerte de Prim y sin apoyo de ninguna facción, observa como el gobierno de integración entre unionistas, progresistas y demócratas, presididos ahora por Serrano, se resquebraja y vuelve la inestabilidad política. Se agravan los problemas: la 2ª guerra carlista, la guerra de Cuba, los republicanos y las luchas obreras. En febrero de 1873, Amadeo I, impotente y harto de la situación, abdica y abandona el país. La primera República (1873 - 1874): 11 de febrero de 1873, las Cortes proclaman la República, que trajo consigo grandes avances sociales: reducción de la jornada laboral, salario mínimo y prohibición del trabajo infantil. Cuatro presidentes se sucedieron en un año: Figueras, Pi Maragall, Salmerón y Castelar, en una lucha entre federalistas y cantonalistas. Estos últimos se sublevaron contra el gobierno republicano central y proclamaron cantones en distintas ciudades y comarcas, siendo la férrea resistencia del Cantón de Cartagena un símbolo de este movimiento. 4 de enero de 1874, el general Pavía da un golpe de Estado que pone fin a la República y disuelve las Cortes. Asume el poder el general Serrano, que centra sus esfuerzos en combatir la 2ª guerra carlista. La dictadura de Serrano fue un paso previo a la restauración de los Borbones. Los conservadores y su líder, Cánovas del Castillo, fortalecieron políticamente la causa alfonsina, con la firma del Manifiesto de Sandhurst, donde Alfonso de Borbón se muestra partidario de la monarquía constitucional. 29 de Diciembre de 1874, el general Martínez Campos se adelanta a Cánovas en su transición política y proclama rey a Alfonso XII mediante un pronunciamiento militar en Sagunto.